La Tragedia de la Fórmula de Soya para Infantes
by Sally Fallon Morell
Spanish translation by Pilar Bastida
Aproximadamente 25% de los bebés en Norte América reciben fórmula hecha a base de frijoles de soya. Los padres usan esta fórmula confiados en que es más saludable que la fórmula hecha a base de leche de vaca. La propaganda a favor de la soya nos dice que ésta provee una proteína completa que causa menos alergias que la proteína de la leche de vaca. Cuando la fórmula para infantes hecha a base de soya apareció por primera vez, los fabricantes incluso sugirieron que la fórmula de soya era “mejor que la leche materna.”
Los padres tienen el derecho de comparar estas afirmaciones extravagantes acerca de la fórmula de soya con descubrimientos científicos.
Si bien es cierto que los frijoles de soya son relativamente altos en proteína en comparación con otras leguminosas, los científicos los consideran como una fuente pobre de proteínas dado que los frijoles de soya poseen unos potentes inhibidores de enzimas. Estos “anti-nutrientes” bloquean la acción de la tripsina y otras enzimas necesarias para digerir la proteína. En pruebas hechas a animales, las dietas altas en inhibidores de tripsina limitaron el crecimiento y causaron condiciones patológicas y aumento en el tamaño del páncreas, incluído cáncer.
La industria de la soya reconoce que los inhibidores de tripsina son un problema en la fórmula para infantes y ha invertido millones de dólares para determinar la mejor forma de removerlos. Los inhibidores de tripsina son proteínas grandes que están dobladas de forma apretada, y sólo pueden ser desactivadas con un tratamiento de calor por un período considerable de tiempo. Este proceso remueve la mayoría -pero no todos- de los inhibidores de tripsina, sin embargo tiene el desafortunado efecto secundario de sobre-desnaturalizar las otras proteínas en la soya, particularmente la lisina, volviéndolas difíciles de digerir y posiblemente tóxicas. Aún en pequeñas cantidades, los inhibidores de tripsina impidieron un desarrollo normal en las ratas.
El ingrediente principal en la fórmula de soya para infantes es la proteína de soya aislada, un polvo extraído de los frijoles de soya a través de un proceso que involucra no sólo altas temperaturas sino también químicos cáusticos. La solución alcalina para remojar los frijoles produce un carcinógeno, lisinealina. Otros carcinógenos llamados nitrosaminas se forman durante las altas temperaturas en el secado por aspersión.
Los frijoles de soya también contienen altos niveles de ácido fítico. Este es un ácido orgánico, presente en las capas exteriores de todas las semillas, y que bloquea la absorción de minerales esenciales -calcio, magnesio, hierro y especialmente zinc- en el tracto intestinal. Los frijoles de soya tienen niveles muy altos de un tipo de ácido fítico que es particularmente difícil de neutralizar. Ya en 1967, los investigadores encontraron que la fórmula de soya causaba un desbalance de zinc en todos los infantes que la tomaban. Los científicos han encontrado una fuerte correlación entre el contenido de fitatos en la fórmula y un crecimiento retardado, incluso cuando las dietas eran complementadas con zinc. Altas cantidades de ácido fítico en granos y alimentos hechos a base de soya han causado retardo en el crecimiento de niños con dietas macrobióticas. Una reducción en la tasa de desarrollo es especialmente seria en los infantes, dado que causa un retraso en la acumulación de lípidos en la mielina, y, por lo tanto, compromete el desarrollo saludable del cerebro y el sistema nervioso.
La fórmula de soya puede también causar deficiencias vitamínicas. La soya incrementa los requerimientos del cuerpo por vitamina B12, un nutriente que es absolutamente vital para la buena salud. Estudios iniciales de la fórmula de soya indican también que la soya bloquea la absorción de grasas. Esto puede explicar el por qué la soya tiende a incrementar los requerimientos del cuerpo de vitamina D, vitamina liposoluble que requiere de grasa para poder ser absorbida por el cuerpo.
El contenido de aluminio de la fórmula de soya es 10 veces más alto que el de la fórmula de leche de vaca, y es 100 veces más alto que el de la leche sin procesar. El aluminio tiene un efecto tóxico en los riñones de los infantes, y se le ha relacionado como una posible causa de Alzheimers en los adultos. Las fórmulas de soya carecen de colesterol, otro nutriente que es absolutamente esencial para el desarrollo del cerebro y el sistema nervioso; éstas también carecen de lactosa y galactosa, las cuales juegan un papel igualmente importante en el desarrollo del sistema nervioso. Un número de otras sustancias, que son innecesarias y cuyos efectos son cuestionables, son añadidas a la fórmula de soya, incluyendo carregeno, goma arábiga, monohidrato citrato de potasio, fosfato tricalcico, magnesio dibasico, trihidrato de fosfato, “BHA”, “BHT” y soda cáustica.
¿Y qué hay con la afirmación de que la fórmula de soya causa menos alergias que la fórmula de la leche de vaca? Investigaciones indican que las alergias a la soya son tan comunes como las alergias a la leche. El uso de la fórmula de soya para tratar la diarrea en infantes ha obtenido resultados mixtos, algunos estudios mostraron una mejora con la fórmula de soya mientras otros no encontraron ninguna mejora.
El problema más serio con la fórmula de soya es la presencia de fitoestrógenos o isoflavonoides. Si bien se han proclamado los muchos beneficios para la salud de estos compuestos tipo-estrógeno, estudios con animales indican que éstos son poderosos interruptores del sistema endocrino que alteran los patrones de desarrollo y causan esterilidad.
Los toxicólogos estiman que un infante que fue alimentado exclusivamente con fórmula de soya recibió el equivalente en estrógeno de al menos cinco pastillas anticonceptivas por día. Contrariamente, en las fórmulas hechas a base de leche de vaca o en la leche materna casi no se encontraron fitoestrógenos, incluso cuando la madre consumió productos hechos a base de soya. Un estudio reciente encontró que los bebés alimentados con fórmula hecha a base de soya tenían entre 13,000 a 22,000 más isoflavonoides en su sangre que los bebés alimentados con una fórmula hecha a base de leche de vaca. Los científicos han sabido por años que los isoflavonoides en los productos de soya pueden deprimir la función de la tiroides, causando enfermedades de la tiroides, incluso cáncer. Pero, cuáles son los efectos de los productos de la soya en el desarrollo hormonal del infante, tanto en el varón como en la mujer?
Los infantes varones atraviesan por un incremento súbito de testosterona dutante los primeros meses de vida, cuando los niveles de testosterona llegan a ser tan elevados como los de un adulto. Durante este periodo, el infante es programado para expresar sus características masculinas después de la pubertad, no sólo en el desarrollo de sus órganos sexuales y otras características físicas masculinas, sino también estableciendo los patrones en el cerebro característicos del comportamiento masculino. En los monos, una deficiencia de las hormonas masculinas perjudica el aprendizaje y la habilidad de discriminación visual, necesaria para tareas como leer; también retarda el desarrollo de la percepción espacial, la cual es normalmente más acentuada en los hombres que en las mujeres.
Se sobreentiende que los patrones futuros de orientación sexual pueden ser influenciados por el nivel hormonal experimentado en los primeros años. Los pediatras están observando un número mayor de varones cuya maduración física está retrasándose, o simplemente no ocurre, incluyendo la falta de desarrollo de los órganos sexuales. Los problemas de aprendizaje, especialmente en los varones, están alcanzando proporciones epidémicas. La alimentación con soya a infantes -que inunda el torrente sanguíneo con hormonas femeninas que pueden inhibir los efectos de las hormonas masculinas- no debería de ser ignorada como una posible causa de estos desarrollos trágicos.
Hablando ahora de las niñas, existe un número alarmante que está entrando a la pubertad mucho antes de lo normal, de acuerdo con un estudio reciente reportado en la revista Pediatrics. Los investigadores encontraron que un uno por ciento de las niñas hoy en día muestran signos de pubertad, como desarrollo de los pechos o pelo púbico, antes de la edad de tres años; a la edad de ocho años, 14.7 por ciento de niñas blancas y un asombroso 48.3 por ciento de niñas afro-americanas ya exhibían una o ambas características. Nueva información indica que estrógenos en el medio ambiente como PCB y DDE (un sub-producto del DDT) pueden causar un desarrollo sexual prematuro en niñas, y un estudio en Puerto Rico relacionó la alimentación a base de soya como una causa de menstruación prematura. El uso de la fórmula de soya en el programa de asistencia WIC, que provee de fórmula gratuita a madres sin recursos, puede ser la razón por la cual las niñas afro-americanas están experimentando tasas astronómicas de menstruaciones prematuras.
Las consecuencias son trágicas. Niñas jóvenes con cuerpos maduros tienen que lidiar con sentimientos y urgencias con los que no están todavía listas para confrontar. Y una maduración temprana en las niñas es generalmente un precursor de problemas en el sistema reproductivo más tarde en la vida, como por ejemplo, una ausencia de menstruación, infertilidad y cáncer al seno.
Otros problemas que han sido asociados con niños de ambos sexos que fueron alimentados con fórmula hecha a base de soya incluyen un comportamiento emocional extremo, asma, problemas del sistema inmunológico, insuficiencia pituitaria y desórdenes de la tiroides, entre otros.
La preocupación por los daños de la soya ha motivado que grupos de consumidores en Nueva Zelandia y Canadá pidan que se prohiba la venta de la fórmula de soya. La fórmula hecha a base de leche de vaca contiene un mejor perfil de proteína y no inunda al infante con anti-nutientes y hormonas femeninas. La leche materna es la mejor alterativa SI ES QUE la madre consumió una dieta saludable, rica en proteína animal y grasas, mientras estaba embarazada y continuó esta dieta mientras daba de lactar. Las madres que no pueden dar de lactar, por la razón que sea, deberían de preparar una fórmula casera hecha a base de leche con crema para sus bebés. Al infante que es alérgico a la leche de vaca se le debería dar una fórmula hecha a base de carne, no una hecha a base de proteína aislada de la soya. Los padres que invierten tiempo en preparar una fórmula hecha en casa serán recompensados con la alegría de proveer de una buena salud a sus hijos.
Para referencias y más información sobre los alimentos hechos a base de soya y la fórmula de soya, vea www.soyonlineservice.co.nz or envie $12 US a Soy Alert!, PMB #106-380, 4200 Wisconsin Avenue, NW, Washington DC 20007.
Recetas para una fórmula hecha en casa pueden ser obtenidas del libro Nourishing Traditions, The Cookbook that Challenges Politically Correct Nutrition and the Diet Dictocrats por Sally Fallon y Mary Enig, PhD. Disponible por $25 más el envío, llamar a NewTrends Publishing, Inc. (877) 707-1776, o www.newtrendspublishing.com.
© 1999 Sally Fallon. All Rights Reserved.
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