Por Anke Zimmermann
Mi padre tenía sólo un brazo útil. El otro quedó permanentemente paralizado después que contrajo la polio a la edad de trece años mientras caminaba a través de una Berlín en llamas al término de la Segunda Guerra Mundial. Él pasó meses en un pulmón de acero (ventilador de presión negativa) y por poco, casi muere.
Mientras yo crecía, fui inoculada contra la polio y otras enfermedades infecciosas, y recuerdo el sentimiento de gratitud y reverencia por la vacunación, este milagro de la medicina moderna. Poco sabía que décadas más tarde me convertiría en una crítica abierta de las prácticas de vacunación actuales, después de varios años de completamente inesperada e impactante experiencia clínica con daños por vacunación.
TINUS SMITS Y AUTISMO
Todo comenzó en la primavera de 2011, cuando compré un libro titulado Autism, Beyond Despair (del inglés, Autismo, Más Allá de la Desesperación), por el médico holandés y homeópata Tinus Smits.1 Había estado interesada en el autismo desde que me gradué de la universidad de naturopatía en 1991 y me mantuve al corriente de nuevas publicaciones. A lo largo de los años, traté a muchos niños con autismo y otros trastornos del desarrollo, a veces con éxito, pero otras veces con absolutamente ningún resultado.
Un par de fracasos todavía vienen a mi mente hasta el día de hoy, incluyendo un pequeño niño autista que presentaba hiperactividad severa y untaba las paredes y los muebles con sus heces cuando no estaba escalando en ellas. Nada de lo que traté lo ayudó.
Tinus Smits describió sus experiencias tratando a más de trescientos niños con autismo a lo largo de treinta años, utilizando entre otras cosas, remedios homeopáticos fabricados desde vacunas. En su opinión, cerca del 70 por ciento de los niños con espectro autista habían sido afectados por las vacunas, y el resto predominantemente por medicamentos y químicos. Muchos habían sido afectados por múltiples factores.
No fui capaz de cerrar el libro, y cuando lo terminé, tuve que lidiar con un profundo y doloroso cambio de paradigma: Parecía que las vacunas podían causar daños severos en los niños a pesar de que las estábamos administrando para protegerlos.
HOMEOPATÍA Y TAUTOPATÍA
La homeopatía está basada en la idea de que una sustancia que puede causar síntomas en un organismo sano puede sanar síntomas similares en un organismo enfermo. Por supuesto, los remedios son utilizados en forma homeopática y son en mayor parte altamente diluidos como para ser inmateriales. Existe una rama de la homeopatía llamada tautopatía, la cual utiliza (de nuevo, de forma homeopática), sustancias conocidas o sospechosas de causar problemas para abordar los mismos. Por ejemplo, el envenenamiento por arsénico puede ser aliviado utilizando un remedio homeopático hecho con arsénico. Estos remedios han sido estudiados en animales2-7 y humanos; actualmente se están realizados ensayos en India para usar arsénico homeopático y así ayudar a personas envenenadas por agua para consumo contaminadas con arsénico.8-11
También tenemos algunas investigaciones interesantes sobre preparaciones homeopáticas de cadmio,12-13 mercurio14-18 y plomo19 para ayudar con la toxicidad producto de estos metales pesados.
Volviendo a las vacunas, según Tinus Smits, si una vacuna era sospechosa de haber causado daño a un niño o adulto, un remedio homeopático preparado desde esta vacuna podría ayudar potencialmente, haciendo que estos remedios homeopáticos no sean sólo terapéuticos, sino que también diagnósticos.
Prontamente me capacité para aprender a usar el sistema Smits de forma correcta. Conocí a otros practicantes haciendo el mismo trabajo. Documentamos casos y compartimos información. Rápidamente se hizo claro que las lesiones por vacunas eran dominantes en niños y eran disimulados como muchas y diferentes enfermedades y síndromes: alergias, asma, hiperactividad, insomnio, diabetes, trastornos intestinales y de alimentación, epilepsia, retrasos en el habla, trastornos del procesamiento sensorial, ansiedad social, desórdenes obsesivos-compulsivos (OCD), tics, autismo e incluso la muerte. Otra cosa que se volvió aparente para nosotros fue que la mayoría de las lesiones por vacunas eran reacciones retrasadas, demorando en promedio dos a cuatro meses, una observación que ha sido confirmada por inmunología.20
Desde que ninguna vacuna del calendario de vacunación de niños ha sido estudiada alguna vez por un tiempo mayor a un máximo de seis semanas (MMR measles, mumps y rubella en inglés, o SRP de sarampión, rubeola y paperas en español), y la mayoría de ellas solo por algunos días, no existe documentación “científica” de estas reacciones retrasadas. Mi estimación personal es que al menos 90 por ciento de las lesiones provocadas por vacunas son reacciones retrasadas y, por lo tanto, no reconocidas como tales. En algunos casos, ambas reacciones, inmediatas y retrasadas, aparecen. Por tal, la proporción de daños por vacunas debido a reacciones inmediatas y severas es relativamente pequeña, aunque aún así el internet está lleno de decenas de miles de reportes documentados por individuos y padres de todo el mundo que describen el descenso de ellos o de sus hijos a una enfermedad crónica después de la vacunación. El Programa Nacional de Compensación por Lesiones por Vacunas (National Vaccine Injury Compensation Program) en los Estados Unidos ha pagado más de cuatro mil millones de dólares desde su creación en 1986, y la Universidad de Harvard ha estimado que sólo un 1 por ciento de las lesiones por vacunas llegan a ser alguna vez reportadas, menos aún compensadas.21
TICS FACIALES, SEGUIDOS DE CAMBIOS EN EL SUEÑO E INTESTINALES
En octubre de 2016, vi a una bebé de cinco meses de edad que desarrolló un tic facial inmediatamente después de sus vacunas de los dos meses, las cuales incluían la vacuna seis-en-uno Infanrix Hexa (difteria, tétano, tos ferina, Haemophilus influenzae tipo b y hepatitis B), y las vacunas: meningocócica C, neumocócica C y rotavirus. El tic de la niña ocurría varias veces en el día e incluso involucrando su hombro y pierna derecha. Esta condición duró por tres semanas y fue muy alarmante para los padres, aunque su doctor les comentó que “esta era una fase de desarrollo normal”. La bebé pronto se volvió letárgica y extremadamente tranquila.
Pero había otras preocupaciones. “Recientemente, su sueño ha cambiado”, reportó su madre. “Ella solía ser tener buen descanso, pero últimamente se despierta cada dos horas algunas noches. Sólo un mes atrás, ella durmió por nueve a diez horas de una sola vez.” La madre también describió cambios en sus intestinos. “Ahora ella tiene diarrea, la cual viene y va. Sus movimientos intestinales antes eran como un reloj, un movimiento en la mañana y otro en la noche. Ahora puede haber dos días entre movimientos, o en cambio ella va cuatro veces al día.”
Esto fue bastante preocupante. Aunque sus tics habían desaparecido, su vocalización aún no estaba recuperada, y ella estaba comenzando a desarrollar anormalidades digestivas y del sueño, dos meses después de su primera y única dosis de vacunas.
Pero, ¿Cuál de las vacunas lo hizo? Esto era parte del problema. La niña recibió tres inyecciones separadas, una de las cuales contenía seis antígenos diferentes además de varios químicos, sumando una cuarta vacuna administrada de forma oral (en otras palabras, el cóctel usualmente dado a los infantes de nuestros días modernos). Utilicé pruebas de kinesiología aplicada para acotar las cosas, y la bebé recibió un remedio homeopático elaborado en base a la vacuna meningococo.
Unos días después, la madre me escribió: “Ella está durmiendo muy bien, tiene movimientos intestinales regulares una vez al día, está feliz, haciendo muchos sonidos y tiene un montón de energía. Su sueño es el cambio más grande: Pasamos las últimas cuatro semanas durmiendo sólo dos a cuatro horas; anoche, ¡Ella durmió por nueve horas seguidas!”. Durante las seis semanas siguientes, la niña recibió un par de dosis más del remedio homeopático meningocócica-C. Su sueño y movimientos intestinales permanecieron normales, y ella se volvió muy comunicativa, positiva y juguetona. Ella vive en mi vecindario y ahora, a los cuatro años de edad, es una niña totalmente normal.
Este caso ilustra que las reacciones adversas después de la vacunación pueden incluir síntomas inmediatos como también síntomas retrasados. Este último es muchas veces olvidado en los cuidados pediátricos rutinarios, especialmente si la administración de vacunas continúa cada dos meses en los seis primeros meses de vida, como también a los doce y dieciocho meses.
RETRASO EN EL CRECIMIENTO E INSOMNIO
A principios de 2016, vi a otra bebé en una situación similar. Ella había recibido dos rondas de vacunas en vez de una, y había sido diagnosticada recientemente con incapacidad en el crecimiento. “Ella no ha ganado nada de peso durante el último mes,” me dijo su madre. “Ella no ha crecido en estatura ni la circunferencia de su cabeza ha cambiado. Esto comenzó después de su segunda ronda de vacunas hace un mes atrás.”
La madre también describió los problemas para dormir de la bebé. “Ella tiene horarios para dormir terribles, los cuales también cambiaron después de sus vacunas.” Ella recibió su primera ronda de vacunas cuando tenía dos meses de edad. Inmediatamente después, su sueño deterioró. “Antes de las vacunas, ella dormía de cuatro a cinco horas a la vez. Después cambió a sólo una o dos horas a la vez en las semanas próximas. Se ha vuelto mucho peor desde su segunda ronda de vacunas hace un mes atrás. Ahora ella a veces duerme sólo por treinta minutos. Estoy absolutamente agotada.”
Había problemas posteriores. “Sus movimientos intestinales dejaron de trabajar de manera apropiada. Las últimas dos semanas no ha tenido ningún movimiento intestinal en lo absoluto. Tuvimos que darle supositorios de glicerina, o ella no habría tenido ningún movimiento. Ella está muy irritable, arquea su espalda y llora muchísimo.”
Cuando la vi, la bebé se veía mal y desnutrida, con los ojos hundidos y sin expresión facial. De nuevo, esto era una situación obvia de daño por vacunación, sólo que más grave. Esta bebé apenas podía dormir, no tenía en absoluto movimientos intestinales naturales y dejó de crecer y desarrollarse.
De nuevo, usé pruebas de kinesiología aplicada para acotar un poco las cosas. Extrañamente, esta bebé también obtuvo las mejores pruebas para la vacuna meningocócica. Ella recibió un remedio homeopático elaborado desde la vacuna con la potencia 30C.
Una semana después, su madre me escribió: “Notamos un cambio inmediato después de la primera dosis del remedio. Esa misma tarde, de repente ella pudo sentarse en su silla alta. Antes, se caía hacia los lados. Ahora ella puede sentarse muy bien. Y su sueño ha mejorado. La misma noche que le dimos el remedio, durmió por cuatro a cinco horas seguidas. En general, ella ahora duerme por dos a tres horas de una vez, mucho mejor que los treinta a sesenta minutos de antes. Sus siestas también han mejorado; ella dormirá por una hora completa ahora. Ayer, tuvo dos movimientos por si sola durante por primera vez, sin los supositorios. Ella ahora tiene ataques de risa. Ella no se reía así antes. Muchas personas nos han comentado lo relajada que está.”
La madre también compartió esto: “La llevé donde mi doctora quien le dio las vacunas y me dijo que ella era un “bebé malo”. La doctora me dijo que la llevara a una habitación por doce horas y la dejara gritar para enseñarle una lección. Ella dijo que entre más tiempo yo pudiera dejarla sola en la habitación, sería mejor. ¡Y esta doctora había recientemente tenido un bebé!” Finalmente, la madre declaró: “Estas últimas semanas han sido las peores de mi vida. Estaba llorando muchísimo con todo este estrés y privación del sueño.”
Continué con la bebé bajo el mismo remedio en potencias incrementadas durante las dos semanas siguientes. Por esa misma fecha, ella ganó una libra completa en peso (casi medio kilo), un centímetro en circunferencia en su cabeza y un centímetro en estatura. Más tarde, la bebé recayó con este remedio y necesitó otros remedios elaborados desde las otras vacunas que había recibido, así como también, un par de remedios constitucionales para estabilizar y recuperarla completamente. Esto tomó aproximadamente entre uno y un año y medio, pero afortunadamente ella ahora está completamente bien. En mi opinión, esta niña estaba cerca de la muerte. Hubiese recibido otra vacuna (o en ese sentido, nada de homeopatía) ¿Quién sabe qué le habría pasado? Es caso ilustra el impacto aditivo de las vacunas en un niño susceptible.
SOSPECHA DE AUTISMO
Dos quejas comunes en la comunidad autista son: perturbación del sueño y problemas gastrointestinales. Estos dos casos de 2016 me enseñaron que los cambios tempranos en el sueño y la digestión, son señales de advertencia para ser muy cuidadosos con vacunas futuras. Una y otra vez, he escuchado a padres de niños en el espectro autista describir cambios sutiles en sus hijos después de la vacunación temprana, pero se tranquilizaron y les dieron más vacunas, con consecuencias graves.
Uno de estos casos, donde de nuevo se muestra una clara reacción demorada, fue la de un pequeño niño que vi en 2014. El afligido padre me habló por el teléfono; “Mi hijo ha dejado de balbucear, ha perdido todo contacto visual y se golpea en la cabeza todo el tiempo. Estoy preocupado que sea autismo. ¿Nos puedes ver hoy mismo?”
Este adorable bebé de quince meses de edad había recibido su dosis de vacunas de los doce meses, tres meses atrás. Habían incluido las vacunas conjugadas MMR, varicela, meningocócica y neumocócica. Dentro de cuatro semanas, dos pequeñas manchas rojas se volvieron visibles en los sitios de inyección de las vacunas MMR y varicela en la parte superior de su brazo izquierdo. Tres semanas después, una extendida lesión eccematosa (de 2.4 centímetros de diámetro) se había desarrollado en el sitio de la inyección de varicela, y once días más tarde, su cuerpo entero estaba cubierto por parches de erupciones eccematosas que picaban. Un dermatólogo que vio al niño lo diagnosticó con una reacción por vacunas.
“Ayer caminó en puntillas y volvió a gatear, aunque él ya estaba caminando hace dos meses,” la madre contaba, “y le pegada a todos y a todo.” Ahora él quería ser cargado constantemente y estaba muy irritable. Estaba rechinando sus dientes, rehusándose a comer cualquier cosa excepto leche y carne y también había adquirido diarrea verde-negruzca en el transcurso de dos semanas. Su buen sueño previo ahora estaba interrumpido y lleno de intervalos de llanto. Él había comenzado a sudar mucho en la cabeza y en los pies y se quedaba sin aliento al correr. Durante la visita a la oficina, el niño no hizo contacto conmigo, necesitaba sostenerse todo el tiempo, lanzó mis juguetes y en forma repetida, golpeó duramente su cabeza contra el pecho de sus padres.
Aunque él no había sido formalmente diagnosticado, a todos nosotros nos parecía mucho a síntomas autistas. En este caso, fuimos capaces de rastrear hacia la vacuna de la varicela, ya que aquí es donde comenzó la erupción alrededor del sitio de la inyección. De nuevo, había un tiempo de retraso de aproximadamente tres meses antes de que los síntomas de “autismo” se presentaran. Este pequeño anduvo muy bien con un remedio homeopático elaborado en base a la vacuna de la varicela. Él también recibió un remedio constitucional para abordar su susceptibilidad subyacente a las reacciones por vacunas. Así como en los otros casos, hubo mejorías dentro de días. La diarrea paró, comenzó a comer de manera normal nuevamente, dejó de golpear su cabeza y pudo dormir de nuevo. Sin embargo, este caso tomó aproximadamente dos años en resolverse completamente. Con el tiempo, tuvimos que desintoxicar cada vacuna que recibió y utilizar otros remedios, hasta que detuvo las recaídas y logró estabilizarse. A la fecha, él se encuentra totalmente bien, es un niño de siete años completamente normal. “Lo arrebatamos de la maldad justo a tiempo,” dijo su padre cuando se recuperó.
RECONOCIENDO LESIONES POR VACUNAS
Aunque estos tres casos son historias de éxitos, no siempre es fácil sanar a niños con lesiones por vacunas. He usado estos casos para ilustrar algunos puntos. Lo más importante, entre más pequeño sea el niño y cuanto antes después de la lesión, mejores serán las posibilidades de recuperación. Aunque un niño más grande lesionado hace años también puede mejorar, puede ser un proceso difícil para todos.
A lo largo de los últimos veinticinco a treinta años, ha habido un aumento agudo en enfermedades crónicas en niños, especialmente trastornos inmunológicos y del desarrollo neurológico. Hasta un 50 por ciento de los niños estadounidenses ahora sufren con una enfermedad crónica, desde alergias hasta diabetes, y muchas de estas afecciones ahora están indicadas y enumeradas como efectos adversos conocidos en los prospectos de las vacunas.22 Las tasas oficiales de autismo son uno en cincuenta y cuatro niños (y uno en treinta y seis niños varones), y muchos creen que estos datos oficiales subestiman la extensión del problema. Otras condiciones, tales como: TDAH (por ADHD en inglés), hiperactividad, desórdenes del habla, trastorno del procesamiento sensorial y ansiedad, también son extendidos en niños, y estamos viendo tasas récord de enfermedades autoinmunes tanto en jóvenes y como en adultos.
Todos estos incrementos se correlacionan con la duplicación y luego triplicación del programa de vacunación en 1986, después de que el Congreso otorgó completa inmunidad legal a los fabricantes de vacunas. Debido a que la clasificación de las vacunas es “biológica” en vez de medicamento/droga, la industria se sale con la suya al no probar las vacunas contra placebos inertes o realizar ensayos clínicos a largo plazo. Mientras tanto, las ganancias por vacunas han casi duplicado, desde treinta mil millones de dólares en 2014 a cincuenta y cuatro mil millones de dólares en 2019, y se espera exceder los sesenta mil millones de dólares en 2020, incluso sin contar las ganancias adicionales de las vacunas Covid-19. Como si fuera poco, las compañías están llevándose otros quinientos millones de dólares en ganancias por todos los medicamentos recetados para tratar estas condiciones potenciales ligadas a las vacunas.
Mientras tanto, funcionarios están presentando y persiguiendo a la homeopatía como no científica, inservible y hasta peligrosa. Peligrosa de hecho, pero sólo para las ganancias de la Big Pharma o gran industria farmacéutica. Este simple y barato método de sanación es no sólo terapéutico, pero también diagnóstico, ayudando a desenmascarar el daño que la medicina química moderna está infligiendo en la humanidad. La Homeopatía ofrece un rayo de esperanza para sanar al mundo, una medicina para todos, incluyendo animales y plantas, y casi sin costo, una bendición verdaderamente.
ANEXOS
POSIBLES EFECTOS AGUDOS Y SÍNTOMAS DE LESIONES POR VACUNAS
Fiebre alta (sobre 103°F o 39,4°C)
Llanto inconsolable, agudo
Shock, colapso y sin fuerzas
Reacción anafiláctica con hinchamiento/inflamación, dificultad para respirar
Cambios de conducta o consciencia
Enrojecimiento, sensibilidad, formación de nódulos en el sitio de la inyección
Convulsiones, ataques
Ojos en blanco, mirada perdida
Espasmos, temblores, sacudidas, cuerpo rígido
Inflamación cerebral, encefalitis/encefalopatía
POSIBLES SIGNOS DE REACCIONES RETRASADAS POR VACUNACIÓN
Cambios notados en el niño después de la vacunación
El niño desarrolla alguna de las aflicciones enumeradas en el prospecto del fabricante de vacunas22
Irritabilidad, hipersensibilidad a los estímulos o vestimentas
Rabietas
Cambios de humor erráticos
Cambios en la personalidad (por ejemplo, niño extrovertido se vuelve retraído, o afable se vuelve agresivo)
Rigidez, problemas con las transiciones y los cambios
Intereses repetitivos, conductas controladoras, OCD (trastorno obsesivo compulsivo), obsesión con ciertas sensaciones u objetos
Agresiones hacia ellos mismo u otros
Darse cabezazos
Hiperactividad
Demasiado callado y/o tímido
Ansiedad, ansiedad social, aferrado a los padres
Espaciamiento
Reírse sin razón
Poca habilidad social, escaso contacto visual
Problemas para dormir de todos los tipos
Epilepsia, ataques
Tics
Problemas gastrointestinales, constipación y/o diarrea, problemas de control intestinal, no sabe ir al baño
Problemas para comer, no quiere sólidos, quisquilloso, no puede masticar o tragar apropiadamente
Deja la comida en la boca
Muerde o lame la ropa, objetos
Retraso en el habla, no habla, problemas de articulación, ecolalia, repite todo
Tono muscular anormal, muy apretado o muy laxo
Pobre habilidad motora fina, no puede manejar utensilios, lápices
Pobre habilidad motora gruesa, falta de coordinación
Forma de caminar extraña, caminar de puntillas
No puede aplaudir o atrapar pelotas
Infecciones frecuentes, virales, bacterianas, por hongos
Falta de creatividad
Rasgos desiguales, sonrisa torcida, ojos desiguales, astigmatismo
Alergias y sensibilidades
REFERENCIAS
- Smits T. Autism, Beyond Despair. The Netherlands: Emryss Publishers, 2010.
- Cazin JC, Cazin M, Gaborit JL et al. A study of the effect of decimal and cenicemal dilutions of arsenic on the retention and mobilization of arsenic in the rat. Hum Toxicol 1987;6(4):315-20.
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- Mitra K, Kundu SN, Khuda-Bukhsh AR. Efficacy of a potentized homoeopathic drug (Arsenicum Album-30) in reducing toxic effects produced by arsenic trioxide in mice: II. On alterations of body weight, tissue weight and total protein. Complement Ther Med 1999;7(1):24-34.
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- Children’s Health Defense. Read the fine print: vaccine package inserts reveal hundreds of medical conditions linked to vaccines. April 14, 2020.
Este artículo apareció en la revista trimestral Wise Traditions in Food, Farming and the Healing Arts de la Weston A. Price Foundation, Verano 2020
Sobre Anke Zimmermann
Anke Zimmermann, BSc, FCAH, es una homeópata de entrenamiento clásico que vive y trabaja en la hermosa Isla de Vancouver, en Canadá. Puedes aprender más de ella en ankezimmermann.net
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